Las bodegas manzanilleras tienen su origen en el S.XVIII y una arquitectura diseñada exclusivamente para la crianza de la manzanilla con unos rasgos específicos. Sus techumbres son a dos aguas y ganan altura y amplitud. En el interior se subdivide en calles mediante altas arquerías de medio punto sobre pilares rectangulares. La Bodega La Arboledilla de Barbadillo es un claro ejemplo de ello.
Bodegas Juan Piñero es una bodega manzanillera de principios del Siglo XX. Es privilegiada porque está defendida del viento de levante y tiene mucha ventilación. El viento de poniente que entra en esta bodega, viene cargado de oxígeno del Coto de Doñana, lo que es un beneficio para sus vinos.