Descripción
Escribo mientras bebo.
Me ha costado elegir qué abrir, así que tengo delante varias botellas, copas de diferentes modelos con ciática y dos aceitunas a repartir.
Mal no pinta la cosa.
Contubernio 7 nace casi como nació el 6. Es como si estuviéramos en un bucle infernal que, con vino, se lleva mejor.
Yo lo tengo claro y, al no ser egoísta en el conocimiento, comparto con quien me quiera escuchar, que la vida es más divertida cuando la ves pasar a través de una copa de contexto Jerez o, en su ausencia, de simple Borgoña.
No sé qué pensarás tú, que tienes entre tus manos estas páginas, pero en mi caso queda declarado abiertamente un estado de ánimo que me lleva a no dejar para mañana lo que pueda hacer hoy. A falta de footing, me dedico al levantamiento de corcho, sin rubor.
Le doy un sorbito a la Manzanilla de Poniente antes de continuar mientras una brisita de cambio de marea entra por mi ventana de barrio bajo sanluqueño. Ya si eso me guardo el Levante para cuando haya calma. Cerca, descansa una Zalto con el mostito de Xpertvinum. Su sola presencia me ayuda a viajar del pago de Maína a la Bélgica de mi querido Wim con cero emisiones de CO2. Completan la caja tres oxidativas de diferentes intensidades de ámbar y un juguetito llamado a hacerte disfrutar.
No sé qué hacer con las aceitunas.
Tú, admirado contubérnico, me abres tu casa y yo paso adentro en forma de botellas varias. Están seleccionadas como siempre: con amor y confianza ciega en tu buen gusto.
Os dejamos la cata de esta edición Contubernio 7: